La educación musical es una
forma de conocer el propio cuerpo, desarrollar el sentido rítmico y fomentar
las relaciones sociales y la creatividad.
La
música en sí constituye un elemento globalizador importantísimo para el
aprendizaje. Ayuda a los niños a conocer mejor su entorno y aprender a
relacionarse con el mundo sonoro que les rodea, así como a conocer y valorar
las raíces de su folklore.
Se puede decir de la música, sin lugar a dudas, que es el elemento primordial para lograr el equilibrio afectivo, intelectual, sensorial y motriz que persigue la educación en el nivel pre- escolar y escolar.
Todo ser humano normal puede
tener acceso a la música. No hay una carencia absoluta de aptitudes musicales,
sólo hay que despertarlas y desarrollarlas. Los principales aspectos que se
desarrollan con la música son los siguientes:
- Sensibilidad (musical y emocional)
- Motricidad fina y gruesa.
- Dicción.
- Memoria, atención y concentración.
- Pensamiento lógico.
- Sociabilización.
- Facilidad para la aritmética y los números.
- Facilidad para aprender idiomas.
- Coordinación.
- Expresión corporal.
El
aspecto más trabajado en un principio es el ritmo se podría decir
que es la base de la educación musical. El ritmo define el compás
de una música. El compás es lo que marca la velocidad y lo que
indica si una música es un vals, un bolero, una balada, etc. El
ritmo se encuentra en la naturaleza, en el ser humano, en la palabra,
en todas sus manifestaciones vivientes. Todo tiene ritmo.
Pablo Carrasco